Al pensar en la máquina del tiempo de la que la ciencia ficción lleva años hablando, seguro que todos pensamos en la la novela homónima de H. G. Wells.
Pero resulta que Enrique Lucio Eugenio Gaspar y Rimbau, un diplomático y escritor español del siglo XIX se adelantó en siete años a Wells con la descripción de lo que parece ser la primera máquina del tiempo de la literatura mundial y de la que personalmente jamás había oído hablar.
Se trata del anacronópete, que citando a la Wikipedia es «una caja enorme de hierro fundido, navega gracias a la electricidad, que mueve cuatro grandes cucharas mecánicas para desplazarse, además de otra maquinaria que incluye la producción del fluido García, que hace que los pasajeros no rejuvenezcan cuando viajan hacia atrás en el tiempo. La máquina también incluye toda clase de comodidades en su interior y, entre otras maravillas, escobas que barren solas.»
La novela, ilustrada por Francesc Gómez Soler, fue editada en Barcelona en 1887, y aunque por lo que he podido averiguar está descatalogada, se puede leer en línea.
A diferencia de la de Wells, que es una reflexión seria acerca de la sociedad en la que le tocó vivir, el Anacronópetre está por lo visto más bien escrito en clave de humor, pero seguro que merece la pena echarle un ojo.
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